Capitulo 26 del libro Don Juan en la frontera del espíritu.
La noche era lenta y fría, Catalina estaba sumergida en un profundo sueño, Don Juan contemplaba su rostro entre los escasos rayos de luz que penetraba por la ventana, hasta caer ensueño, poco a poco llego el amanecer; Catalina sentía su vientre como el de una paloma en las mañanas suave y saturado por un amor de noche bajo la lluvia.
Don Juan se despertó y con él la alegría de verla de nuevo entre sus brazos, de sentir el regocijo de una noche vivida, ella por su parte siente que la hora de separarse esta cerca, Don Juan promete volver pronto, cumplir con las promesas pactadas en una noche fría y calidad a la vez, sus ojos brillantes se ven marcados por el agua salada de su cuerpo, ella decide darle un profundo beso, Don Juan baja nuevo al bar toma un coñac y coge un taxi.
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